viernes, 11 de mayo de 2012

CONSAGRACION A LA VIRGEN

Postrado ante vuestro acatamiento,
¡Virgen de la Medalla Milagrosa!
Y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra concepción sin manchas, os elijo desde ahora y para siempre, por mi Madre, abogada, reina y Señora de todas mis acciones y protectora ante la Majestad de Dios.
Yo os prometo, Virgen Purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto, ni los intereses de vuestra gloria. A la vez os prometo también, promover en los que me rodean vuestro amor.
Recibidme, Madre tierna desde este momento, y sed para mi el refugio en esta vida y el sostén en la hora de la muerte.
Amen.